domingo, 30 de marzo de 2008

Madre Candelaria De San José

El Papa Benedicto XVI aprobó este viernes la beatificación de la monja venezolana Candelaria de San José Paz Castillo Ramírez. Esta Sierva de Dios fue fundadora de la Congregación de las Religiosas Carmelitas de la Tercera Orden Regular, en la actualidad Religiosas Carmelitas de la Madre Candelaria. Durante su vida la religiosa fue ejemplo de profunda humildad, inagotable caridad y gran sensibilidad ante la desgracia ajena.

Con gran alegría les anunciamos que el domingo 27 de abril de 2008, Dios mediante, se realizará, por primera vez en Venezuela, la beatificación de una insigne hija de la Iglesia: la Madre Candelaria de San José, fundadora de las Hermanas Carmelitas venezolanas.

La beatificación de la Madre Candelaria de San José será una ocasión maravillosa para renovar nuestra fe y defenderla ante las desviaciones; para reafirmar nuestra confianza en la presencia de Dios en medio del pueblo venezolano, apreciar la grandeza de nuestra santa Religión y de la Iglesia Católica, la vigencia y utilidad de las Congregaciones religiosas, y la importancia de las vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada. Su ejemplo es, hoy más que nunca, un reclamo a todos los venezolanos a vivir en la solidaridad y en la fraternidad.

Elías, Padre espiritual del Carmelo

"Elías, aunque no sea él quien les haya dado una Regla escrita, con todo ha sido el ejemplo y el modelo de la santa vida de los carmelitas". Así escribió el célebre humanista benedictino, el Abad Juan Tritemio (+1516).
A esta afirmación de un extraño a la Orden baste añadir un hecho: Entre las estatuas de los fundadores de las Ordenes Religiosas que aparecen en la Basílica de San Pedro en Roma, está también la magnífica e impresionante del profeta Elias, con la siguiente inscripción, escrita por el mismo Papa Benedicto XIIIel 26.6.1725: "Universus Ordo Carmelitarum Fundatori suo Santo Eliae Prophetae erexit 1725. (La Orden entera de los Carmelitas, a su Santo Fundador, Elías, Profeta, la erigió el año 1725").
El entonces Procurador General de la Orden, Eliseo Monsignani, lleno de alegría, cursó a los Provinciales esta comunicación: "Ha llegado el tiempo en que, aun cuando los carmelitas callen, las piedras y los mármoles hablarán y dirán que el profeta Elías es el Padre y Fundador de los carmelitas".
¿De dónde arranca esta paternidad eliana?
El historiador de la primera mitad del siglo XIII,Jaime de Vitry, dice: "A ejemplo e imitación del santo y solitario varón Elías profeta, muchos anacoretas se retiraron en el Monte Carmelo..."
En virtud de esta tradición y de esta historia del patriarcado eliano los carmelitas deben procurar ajustar su vida a la de él. Fue éste el testamento que según la tradición dejó San Brocardo, Superior General del Carmelo, a los moradores de aquella Santa Montaña antes de expirar: "Ajustad vuestra vida a la vida ejemplar de la Bienaventurada Virgen Maria y de nuestro fundador, el Santo Profeta Elías".
El ha de ser para nosotros el espejo en el que a diario debemos miramos, como lo hacia San Antonio. Es lo que afirma el Bto. Juan Soreth (+1471) en su Exposición de la Regla: "Nosotros somos los Hijos de los Profetas, no según la carne, sino por la imitación de sus obras. El Redendor decía a los judíos que se gloriaban de proceder de Abrahán: "Haced las obras de Abrahán". Así hoy se debe decir a los carmelitas: "Haced las obras de Elías".

Santa Maria del Monte Carmelo


Los hemanos Carmelitas son conocidos con el nombre de "hermanos de la Bienaventurada Virgen Maria del Monte Carmelo". Y la razón de ello está en que nacieron alrededor de una capilla dedicada a la Madre del Monte Carmelo. Este hecho desarrolló el Sentido de pertenencia a la que era la "Señora del lugar".


En efecto, entonces la elección del titular de la iglesia comportaba una orientación espiritual, ya que, la mentalidad feudal, quien estaba al servicio de auel o aquella a quien esa iglesia estaba dedicada. En el caso de los carmelitas se trataba de una consagración sancionada por la profesión religiosa, la cual se hacía a Dios y a la Santisima Virgen Maria.